jueves, 29 de noviembre de 2012

Capítulo 11


Estoy en una sala casi vacía. Miro por la ventana, veo un bonito paisaje otoñal, hojas rojizas caen de los árboles. El cielo es azul clarito, salpicado de alguna que otra nube blanca, han pasado meses desde que le vi por última vez...

Todo pasó demasiado deprisa, el chico rubio del jacuzzi resultó ser Niall, otro miembro de la banda. Niall me cayó genial, había venido de visita porque echaba de menos a Harry, pasamos un buen rato juntos los tres, hasta que sonó el teléfono, aquella maldita llamada..

Me lo arrebataron, los mánagers obligaron a Harry a volver a Londres, les corría prisa que terminaran el nuevo álbum, se acabaron sus vacaciones, ya habían enviado un avión.

Apenas tuvimos tiempo de despedirnos, les acompañé al aeropuerto, sin saber cuando volveríamos a vernos.

Después de acabar el nuevo CD tendrían que hacer promoción, sesiones de fotos, entrevistas, una gira... ¿De dónde íbamos a sacar el tiempo?

Me costó sobreponerme a su marcha, es increíble como una persona a la que conoces hace tan poco tiempo puede llegarte tan dentro. Solo tengo una cosa a la que aferrarme para poder seguir adelante, una promesa, ''volveré a por ti''.

Desde que se marchó hablamos mucho por teléfono, siempre que él tiene tiempo, pienso que el lado bueno es que nos estamos conociendo más, aunque preferiría conocerle menos y que siguiera aquí.

Han acabado su nuevo CD, dentro de pocos días sale aquí a la venta, se llama Take Me Home, ellos mismos han compuesto algunas de las canciones, me muero por escucharlo, su voz es de las cosas que puedo tener de él aunque esté lejos.

Obviamente tengo miedo, tengo miedo de que ya no sienta lo mismo, miedo de que se olvide de mí, miedo de que conozca a otra... Pero no puedo hacer nada, no puedo tener más de lo que tenemos, esto es así, lo sabía y me arriesgué, ahora tengo que aguantar las consecuencias.

Estoy sentada en un suelo frío, con la espalda pegada a una pared, en el instituto, no tenía ganas de ir a la clase de filosofía, encontré esta aula abierta y vacía y decidí pasar aquí la hora.

Algo vibra a mi lado haciendo que me sobresalte, mi móvil, miro la pantalla, es Harry. Un momento... Sabe que debería estar en clase, que teóricamente no lo podría coger, debe de ser algo importante, si no no me llamaría a estas horas.



-¿Harry? - mi voz denota preocupación.

-Hola, ¿puedes hablar? Ya sé que tienes clase, pero tengo que contarte algo.

-Sí, puedo hablar, digamos que me he tomado un descanso de filosofía hoy.

-Lily, no deberías saltarte clases...

-Eso da igual ahora, ¿qué me tienes que contar?

-Que vamos a vernos, dentro de dos semanas, tenemos que pasar por allí a promocionar el CD...

-¡¿Enserio?! - le interrumpo antes de que acabe de decirme lo que me tiene que decir.

-Sí, enserio, pero dejame acabar. Solo vamos a estar un día Lily, no nos quedamos a dormir, vamos por la mañana y por la noche cogemos un avión a Italia. Piensa que tenemos que hacer entrevistas, ruedas de prensa, y vamos a salir en un programa de televisión. No nos queda casi margen de tiempo.

-¿Entonces?

-Tengo una idea. He pensado en que pases el día con nosotros, como si fueses un miembro del equipo, vendrías con nosotros a donde vayamos, y podremos aprovechar los descansos. Lo malo es que ese día tienes clase, tendrías que saltártelas.

-¿Ah, osea que me puedo saltar clases o no? Te contradices mucho Harry – bromeo.

-Tonta que eres.

-Pero me quieres.

-Pero te quiero... Enserio, sé que no es mucho y que llevamos mucho sin vernos, pero es lo único que puedo hacer de momento. Si no puedes faltar a clase ese día o algo lo entiendo, no quiero que te sientas presionada, ya buscaríamos otro momento, pero...

-Harry, – le interrumpo de nuevo – eres tonto. Por ti hago lo que haga falta y lo sabes, y no tienes que disculparte, sabes que lo entiendo.

-Ya pero me sabe mal... A ver si te van a suspender o algo por mi culpa...

-No me van a suspender porque falte un día, y aunque lo hicieran no me importaría con tal de verte.

-¿Te he dicho ya que eres increíble?

-Nah, solo unas doscientas veces – en ese momento suena el timbre, él también lo oye.

-Tienes que irte a clase.

-Sí...

-Bueno, si quieres esta noche te llamo y hablamos, ¿te parece?

-Me parece bien.

-Hasta esta noche.

-Hasta esta noche.



Volví a hacer las últimas clases como una buena chica, aunque me hallaba más que distraída. Fue un alivio cuando sonó el timbre que me otorgaba la libertad.

Llegue rápido a casa y me encerré en mi habitación. Necesitaba mantener la mente ocupada, así que encendí el ordenador. Por twitter descubrí que una de mis seguidoras escribía novelas. Pasé todo el día delante del ordenador, sumergida en esas preciosas historias, no podía parar de leer. Solo salí a cenar ya ducharme. Mi esperada llamada no llegó hasta tarde, eran las once y media.



-Siento llamarte tan tarde, pero es que hemos estado todo el día para arriba y para abajo, ya sabes – se excusó.

-No te disculpes Harry, sabes que lo entiendo. ¿Lo has pasado bien al menos?

-Con los chicos siempre te lo pasas bien, están locos, pero acabamos rendidos con tanta entrevista y eso.

-Ya, supongo que debe hacerse pesado. ¿Cuándo te dan algún día libre?

-Mañana, mañana tengo un día de descanso.

-Entonces ahora saldrás, ¿no? - suele salir por ahí de fiesta con sus amigos cuando no tiene que madrugar al día siguiente.

-Sí, quizás salga un rato – probablemente le esté entreteniendo, sus amigos le estarán esperando.

-Pues entonces ve y diviértete, me tendría que ir pronto a dormir igualmente, ya hablamos mañana.

-Que no importa, en serio – la misma discusión de siempre, sabe que voy a ganar.

-Harry...

-Bueno, vale, pero mañana hablamos sin falta. Te llamaré por la tarde.

-Perfecto, pásalo genial.

-Lo intentaré, pero no será perfecto del todo sin ti. Buenas noches preciosa, que descanses.

-Lo intentaré, pero no será perfecto del todo sin ti – se ríe. - Hasta mañana.



No sé por qué yo, con la cantidad de chicas increíbles, más guapas, más inteligentes y más interesantes que yo que debe conocer, no entiendo por qué me eligió a mí.

Tengo dudas, no puedo evitarlo. Quiero creer que me quiere, pero no quiero imaginarme qué hará por ahí con sus amigos, al fin y al cabo es un tío, llevamos mucho sin vernos, y tampoco es que yo le diera gran cosa...

Me lo imagino besando a otra cualquiera, enamorándose de ella, olvidándose de mí...

Aparto esa imagen de mi mente, no me puedo permitir pensar así o acabaría volviéndome loca, mi corazón no lo soporta...

Pero pronto nos vamos a ver, eso es lo que importa ahora, y supongo que tendremos que aclarar lo que sentimos el uno por el otro y decidir qué hacer con lo nuestro porque, por lo menos yo, no puedo seguir así.



Al día siguiente cuando hablamos elaboramos un plan sobre cómo lo haremos para vernos. Coincidimos en que mis padres no pueden enterarse, ni si quiera saben quién es realmente Harry todavía, ni tengo intención de contárselo por ahora. No le gusta que les mienta por él, pero es lo que hay. Acordamos que el día que viene por la mañana fingiré que estoy enferma para que mis padres me dejen quedarme en casa. Cuando todos se vayan de casa y me quede sola tendré que coger un autobús, en una hora estaré en la ciudad. Luego tengo que ir a una dirección que me ha dado y esperar a que él venga a buscarme. Por último a las nueve pasa el último bus de vuelta a casa.

Los días parecen pasar aposta como a cámara lenta, pero a cada segundo está más cerca. Pongo de los nervios a Scarlett. ¿Os acordáis de Scarlett? Se ha convertido en mi mejor amiga, casi como una hermana, y además en mi coartada, diré que me quedo a dormir a su casa, dejaré una nota diciendo que ya me encontraba bien y que estoy con ella, cuando vuelvan del trabajo mis padres la verán y no sospecharan nada. Además, así le puedo contar lo que ha pasado en cuanto vuelva.

La noche anterior no puedo dormir. Encima de mi escritorio se encuentra, bien doblada, la ropa que me pondré al día siguiente, no es gran cosa, un jersey de una preciosa tonalidad de rosa, unos vaqueros azul claro y unas botas negras, pero Harry me dijo que me vistiera discreta por motivos de seguridad o no sé qué. Del pomo de mi puerta cuelga un bolso negro no muy grande, contiene mi monedero con dinero, el móvil y las llaves, no necesito nada más.

domingo, 8 de julio de 2012

Die In Your Arms

Capítulo 10

Siempre. La palabra sonó como un eco en mi cabeza. ¿Cuánto tiempo podíamos mantener lo nuestro? Los ojos se me llenaron de lágrimas.
-¿Qué te pasa, Lily? -dijo abrazándome.
-Que ya no puedo vivir sin ti.
-No vas a tener que hacerlo. Voy a estar contigo siempre.
-Harry, sabes que no.
-Al menos podemos intentarlo. El tiempo que sea. Al menos intentarlo, Lily.
-Vale. ¿Sabes? Tenemos que volver aquí pronto a bañarnos.
-¿Y por qué no nos bañamos ahora?
-No hemos traído bañador, al menos yo no.
-Yo tampoco, pero no importa, podemos igual.
Se puso en pie de un salto y me cogió en brazos. Creo que le grité algo. Pero él empezó a correr. Me dio tiempo de sacarme el móvil y las llaves del bolsillo por los pelos y tirarlo todo al suelo. Las olas nos envolvieron. El agua estaba helada para el calor que hacía.
-¡Harry!
-¿Qué? Te morías de ganas de que lo hiciera, y lo sabes. También estas esperando a que haga esto.
Entonces me besó. Como si el tiempo que estuve enfadada no hubiese existido. Mi vida tenía sentido en sus brazos. Quise parar el tiempo y vivir ése momento para siempre.
-¿Harry?
-¿Qué?
-¿Alguna vez has besado a alguien bajo el agua?
-No, pero siempre hay una primera vez.
Nos sumergimos en las heladas aguas y compartimos nuestro aire hasta quedarnos sin y volvimos a la superficie. Con Harry a mi lado no podía parar de sonreír, con él me sentía bien, a salvo. Harry me daba tranquilidad.
-Anda, vamos a salir, tenemos que secarnos antes de irnos – dijo minutos más tarde.
Hacía un poco de viento así que cuando salimos se me puso la piel de gallina y creo que empecé a tiritar un poco. Me senté en la arena y Harry me abrazó para que no pasase frío.
Gracias al sol que hacía y a Harry ponto dejé de pasar frío y al fin nos secamos. Mi móvil y mis llaves estaban a unos pocos metros de donde nos habíamos sentado. Gateé hasta allí y los cogí.
-Será mejor que volvamos, no quiero que tu madre piense que soy un impuntual.
-Mi madre no podría pensar eso porque da la casualidad de que es la persona más impuntual que conozco.
-Igualmente, tengo hambre, ¿Tú no?
-Un poco, la verdad.
Nos pusimos en marcha de nuevo de vuelta hacia el coche, me cogió la mano y no me soltó, incluso conduciendo, los dedos de su mano derecha estaban entrelazados con los de mi izquierda.
Llegamos a mi casa puntuales. Mi madre abrió la puerta. Todavía seguíamos cogidos de la mano y sonrío al verlo.
-¿Por qué tenéis el pelo mojado?
-Harry nos ha tirado al agua, a los dos.
Mi madre rió. Parecía encantada con nuestra relación, aunque no hacía ningún comentario al respecto, se la veía feliz.
La ayudamos a poner la mesa y cuando la comida estuvo hecha fuimos a avisar a mis hermanos, Evelyn estaba muy contenta de ver a Harry de nuevo. Mi padre no comía en casa a medio día, comía en el trabajo.
Harry parecía llevarse bien con toda mi familia y mi familia parecía empezar a cogerle cariño. Entonces pensé en que ellos no sabían quien era Harry, eso era un problema que tendría que solucionar en algún momento, pero no le dí más importancia en ese momento.
Cuando terminamos de comer nos ofrecimos para fregar nosotros los platos y recoger la cocina y mi madre no se negó.
-¿Te gustaría venir a mi casa? No sé, podemos hacer lo que quieras, tenemos toda la tarde - me dijo.
-¡Me encantaría! ¿Vives solo?
-Sí, mi familia está en Inglaterra.
-Debes echarlos mucho de menos. Encima con tu trabajo...
-Sí, pero bueno, hay otras cosas que lo compensan, tú por ejemplo – dijo dándome un beso.
-Tengo que ducharme antes de irme, si no te importa, estoy salada.
-Pensaba que podríamos darnos un baño en mi jacuzzi.
-Ah bueno, entonces me espero, pero me voy a cambiar al menos de ropa y a ponerme un biquini.
Acabamos de recoger la cocina y subí a mi habitación a cambiarme. Avisé a mi madre de que me iba y bajé de nuevo.
Harry vivía a las afueras del pueblo, en la zona 'rica'. Aparcó el coche frente a un chalet enorme. Parecía un sitio tranquilo donde vivir. Bajamos del coche y abrió la puerta del jardín.
Me enseñó su casa por encima y luego pasamos al jacuzzi que estaba en una especie de ático. Dejé mi ropa encima de una silla y Harry se ausentó un momento porque fue a ponerse el bañador.
Me metí en el agua que estaba templada entonces llegó Harry por detrás dándome un suave beso en el cuello. Se metió en el jacuzzi y activó las burbujas. Se acercó a mí suavemente cogiéndome de la mano. Delicadamente apartó un mechón de pelo que me caía sobre la frente.
-Eres preciosa – me dijo.
Me sonrojé. Mi corazón latía violentamente contra mi pecho. Entonces nos fundimos en un beso apasionado, que se alargó durante unos cuantos minutos, subiendo la temperatura de nuestros cuerpos.
Pasé una de mis piernas por encima suya, entonces Harry, sensualmente, paso su mano por mi muslo, y acabó sentándome encima suya.
Pasé mis manos lentamente por su torso hasta llegar a su espalda. Nos mirábamos a los ojos, la adrenalina corría por mis venas, entonces, me mordió el labio, poniendo en tensión todo mi sistema nervioso.
De pronto, la puerta se abrió, dejándose ver un sexy irlandés, rubio de bote, con un cachorrito en brazos lamiendole la barbilla, Harry y yo dimos un respingo y nos separamos un poco avergonzados por la situación.



Este capítulo ha sido escrito con la colaboración de @Esther_AnyDanny, dadle las gracias por la parte morbosa. Gracias por tu ayuda en mis momentos menos inspirada.

viernes, 6 de julio de 2012

Capítulo 9

Austin se marchó enseguida después de la llamada y yo volví a la cocina a seguir con mi búsqueda de algo para comer.
Al final me hice un sándwich. Me lo comí lentamente sentada yo sola en la mesa de la cocina mirando todo el tiempo a un punto fijo.
Cuando terminé de comer volví arriba. Cambié las sábanas de mi cama y eché las sucias a lavar. Luego me di una ducha y me cambié de pijama.
No tenía nada de sueño, ya que me había pasado el día durmiendo a ratos, pero necesitaba tener la mente ocupada para no pensar.
Me disponía a encender el ordenador cuando sonó mi móvil. Abby me estaba llamando. Dudé si cogerlo o no. Me decidí a contestar.
-¿Diga? - dije secamente.
-¡Lily! Que alegría oírte, soy Abby.
-¿Ah, que ya te has acordado de mi existencia?
-Sabía que estarías enfadada, pero he estado muy, muy ocupada, de verdad...
-Pues por mí puedes seguir ocupada.
-Déjame explicarme. He estado de vacaciones fuera, y no llevábamos ningún teléfono a mano, y tampoco parábamos prácticamente en todo el día, ya sé que no es excusa, pero s te sirve de algo lo siento.
-¿Y puede saberse con quién te has ido de vacaciones?
-Ah, ya sabes, con nuestro grupo de siempre, Bridget, Wendy...
-Gracias por avisar. No tengo nada más que hablar contigo.
-Lily, no me cuelgues por favor, te iba a avisar pero supuse que no podrías venir
-Como te acabo de decir, no tengo más que hablar contigo. Adiós Abby, que te vaya bien.
La llamada de Abby fue otro golpe duro, pero estaba decidida a no dejar que me aceptara, ella y las demás ya habían demostrado que no eran mis amigas. Ya no me quedaba nada en mi antiguo lugar de residencia, solo recuerdos, y podía vivir perfectamente con ello.
Ahora mi vida estaba allí y mi amiga era Scarlett, no Abby. Ésa era mi casa. Y no necesitaba nada ni nadie de mi antigua vida.
En medio de mis reflexiones oí abrirse la puerta principal en el piso de abajo. Acababan de volver mis padres y mis hermanos.
Me metí en la cama y me hice la dormida cuando mi madre entró. Luego, caí en un sueño profundo y tuve una pesadilla que no logré recordar al día siguiente.
Por la mañana me levanté temprano, no podía seguir en la cama sabiendo lo que me esperaba, además, Harry había dicho ''por la mañana'', no sabía a que hora sería eso para él.
Bajé a desayunar y cuando subí de nuevo a mi habitación y me vestí y me lavé los dientes.
Cuando estaba decidiendo si llevarme bolso o no sonó el timbre.
-¡Voy! -dijo mi madre desde la planta baja.
Cogí el móvil y las llaves y me los metí rápidamente en bolsillo.
-¡Lily, es para ti! - me medio chilló mi madre.
Bajé a toda prisa las escaleras y allí estaba él, más guapo incluso que de costumbre, o al menos a mí me lo parecía.
-Hola -dije tímidamente.
-Hola -respondió él con una sonrisa.
-¿Vais a dar una vuelta?
-Sí, mamá – respondí.
-Vale, que lo paséis bien, oye Harry... ¿Por qué no te quedas luego a comer?
-Oh, no importa, muchas gracias...
-No seas tímido, quédate -le respondió.
-Bueno, si a Lily le parece bien.
-¿Por qué no iba a parecermelo? Quédate.
-Bueno, pues luego nos vemos chicos – concluyó mi madre.
Nos despedimos de mi madre y salimos.
-¿Dónde vamos?
-Ya lo verás, es una sorpresa. Creo que te gustará. Lo que iremos en coche porque está un poco lejos para ir andando.
-Anda, si conduces y todo.
-Sí, desde hace un año más o menos.
-Genial.
Me abrió la puerta de un Mercedes negro que estaba aparcado justo en frente de mi casa y subí. Luego dio la vuelta y se sentó en el asiento del conductor.
Condujo hasta las afueras del pueblo y luego se metió por el sendero de un bosque y aparcó.
-¿Es aquí? - pregunté.
-Solo es una parada en el camino.
-Ah, vale...
Caminamos entre los árboles unos diez minutos hasta que Harry se paró de pronto.
-Voy a taparte los ojos – me dijo.
-¿Es necesario?
-Sí, confía en mí.
-Vale.
Se puso detrás mía y me tapó los ojos. Caminamos otros cinco minutos más. Entonces empecé a oír el mar.
-Vale, ya puedes mirar.
Me destapó los ojos y me quede cegada unos segundos a causa del sol. Cuando logré volver a ver bien me quedé maravillada.
Estábamos en una pequeña playa, el agua del mar era cristalina, incluso desde donde nos encontrábamos se podían ver algunos peces, y la arena blanca parecía muy fina y suave. Era simplemente preciosa.
-¿Te gusta?
-No.
-¿No?
-No me gusta, me encanta, es el sito más bonito que he visto desde que he llegado aquí.
-¿De verdad?
-De verdad.
Nos sentamos en la arena cerca de la orilla.
-Tu dirás – me dijo.
-Primero de todo, siento haberme puesto como me puse.
-No pasa nada, es normal que te enfadaras, no es algo fácil de asimilar que digamos.
-Bueno, sigo. Una vez superado el shock inicial, no sé qué pensar. ¿Qué hay entre nosotros, Harry?
-Yo diría que somos algo más que amigos. No nos conocemos mucho, pero ahí está lo bonito, lo que hace esto especial, poder conocernos poco a poco. Y para mí no tiene precio que te gustara antes de saber que soy Harry Styles, la estrella, sé que lo que sientes es real.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?
-Lo que quieras, por ti haría cualquier cosa. Entenderé si no quieres estar conmigo por el peso que eso conlleva, pero me encantaría que te quedaras conmigo. La cuestión es, ¿Qué decides?
-Decido... Juntos, para...
-...siempre – se me adelantó.

martes, 26 de junio de 2012

Sorry

Sé que el capítulo 8 es corto pero es que no he tenido tiempo de escribir y hacía tiempo que no subía, lo siento. El próximo será más largo y intentaré subirlo pronto. Gracias por leerme, de verdad. :)

Capítulo 8

Dejé mi diario y me metí en la cama. ¿Qué podía hacer? Nada. En frío ya no me molestaba tanto el hecho de que no me hubiese dicho nada, era normal, no quería que me alejara como precisamente había hecho. Luego estaba el problema en sí...
No podía salir con una persona tan conocida. Él tenía sus obligaciones que conllevan su trabajo. Al final del verano tendría que volver a su vida, una vida en la que yo no entraba. ¿Debía alejarme? Al fin y al cabo no hacía tanto que nos conocíamos, aunque para mí ya era alguien importante, pero ¿Y yo para él? Seguro que conocía a cientos de chicas mejores que yo en todos los aspectos, más guapas, más interesantes... Y durante los conciertos y eso conocería más todavía y se olvidaría de mí. Pero tal vez yo me había precipitado, no le dejé hablar, simplemente me fui sin más, pero supuse que él entendía que necesitaba tiempo para asimilar una noticia así.
No conseguía poner en orden mis sentimientos ni mis ideas y al final caí en un sueño profundo lleno de pesadillas.
Me desperté a la mañana siguiente con la sensación de no haber descansado nada y me dolía la cabeza, en general me encontraba fatal física y psicológicamente.
Pasé el día en la cama. Mi madre vino varias veces a traerme comida, pero no me entraba y al final desistió.
Por la tarde vino Scarlett a visitarme. No tenía ganas de hablar y ella se dio cuenta enseguida. Se tumbó a mi lado y nos dedicamos a ver la televisión.
Cuando mi amiga se fue, mi madre vino a traerme una pastilla, después de tomármela me quedé dormida hasta la noche.
Desperté y miré el reloj, eran las ocho y media. Me incorporé en la cama y descubrí un papel encima mía. Era una nota de mi madre. Decía que se iban todos a cenar fuera y que volverían hasta tarde.
Estaba cansada de estar en la cama y me encontraba un poco mejor así que decidí bajar a comer algo. Cuando estaba en la cocina rebuscando en la nevera sonó el timbre. Dudé si abrir o no. Decidí mirar por la mirilla. Era Austin, el amigo de Drew. Abrí.
-Hola, ¿Está Drew? - me preguntó.
-No, están todos cenando fuera.
-Ah, vale. ¿Y tú por qué no has ido?
-He estado enferma, he pasado el día en la cama. Me dormí y acabo de despertarme.
-Oh, pobrecita, ¿Ya estás mejor?
-Más o menos...
-¿Te pasa algo, Lily?
-No, bueno, sí, no sé...
-¿Quieres hablar? Puedo quedarme a hacerte compañía un rato si quieres.
Lo medité unos segundos. Quizás me vendría bien hablar con alguien, sacar los sentimientos fuera y esas cosas.
-Claro, pasa.
Salimos al porche y nos sentamos en el suelo. Debía tener una pinta horrible, no me había peinado en todo el día y estaba en pijama.
-Bueno, cuéntame.
-No sé, ni si quiera yo misma acabo de creérmelo, pero bueno...
Le conté mi historia con Harry sin muchos detalles centrándome más en contarle el final, lo que más me preocupaba.
-Lily, no te ofendas... ¿Cómo no conocías a One Direction? Todo el mundo los conoce. Están saliendo todo el día en la tele, en la radio, en todas partes.
-A ver Austin, no sé...
-¿Y qué vas a hacer?
-No lo sé. ¿Tú qué harías?
-Pues no lo sé. Lily, le conoces hace nada, igual deberías alejarte de él. Su mundo no es nada fácil. No creo que merezca la pena cambiar tanto tu vida por alguien que conoces hace tan poco.
-¿Qué importa el tiempo que haga? A mí me importa él.
-Pues habla con él.
-No es tan fácil Austin.
-Claro que es tan fácil, puedes hacerlo ahora mismo, queda con él y hablad.
-Vale, voy a hacerlo.
Saqué mi móvil del bolsillo y me quedé mirando fijamente la pantalla, indecisa. Pasaron unos minutos y Austin me lo quitó de las manos.
-Toma, ya está llamando – dijo devolviéndomelo.
Me lo puse en la oreja y esperé nerviosa hasta que contestó.
-¿Lily? - preguntó Harry.
-Hola, sí, soy yo. Me gustaría hablar contigo, en persona.
-Vale – dijo sorprendido - ¿Te paso a buscar mañana por la mañana?
-Me parece bien.
-De acuerdo... Estaré allí sobre las once.
-Hasta mañana entonces.
-Adiós.
Colgué.
-¿Ves? Fácil.
-Sí, gracias. Una cosa, te agradecería que no contaras a mi hermano ni a nadie esto, ya sé que...
-Lily, - me interrumpió- no voy a contárselo a nadie.
-Gracias – dije dándole un abrazo.
-De nada, y a partir de ahora ya sabes que puedes contar conmigo.