domingo, 8 de julio de 2012

Die In Your Arms

Capítulo 10

Siempre. La palabra sonó como un eco en mi cabeza. ¿Cuánto tiempo podíamos mantener lo nuestro? Los ojos se me llenaron de lágrimas.
-¿Qué te pasa, Lily? -dijo abrazándome.
-Que ya no puedo vivir sin ti.
-No vas a tener que hacerlo. Voy a estar contigo siempre.
-Harry, sabes que no.
-Al menos podemos intentarlo. El tiempo que sea. Al menos intentarlo, Lily.
-Vale. ¿Sabes? Tenemos que volver aquí pronto a bañarnos.
-¿Y por qué no nos bañamos ahora?
-No hemos traído bañador, al menos yo no.
-Yo tampoco, pero no importa, podemos igual.
Se puso en pie de un salto y me cogió en brazos. Creo que le grité algo. Pero él empezó a correr. Me dio tiempo de sacarme el móvil y las llaves del bolsillo por los pelos y tirarlo todo al suelo. Las olas nos envolvieron. El agua estaba helada para el calor que hacía.
-¡Harry!
-¿Qué? Te morías de ganas de que lo hiciera, y lo sabes. También estas esperando a que haga esto.
Entonces me besó. Como si el tiempo que estuve enfadada no hubiese existido. Mi vida tenía sentido en sus brazos. Quise parar el tiempo y vivir ése momento para siempre.
-¿Harry?
-¿Qué?
-¿Alguna vez has besado a alguien bajo el agua?
-No, pero siempre hay una primera vez.
Nos sumergimos en las heladas aguas y compartimos nuestro aire hasta quedarnos sin y volvimos a la superficie. Con Harry a mi lado no podía parar de sonreír, con él me sentía bien, a salvo. Harry me daba tranquilidad.
-Anda, vamos a salir, tenemos que secarnos antes de irnos – dijo minutos más tarde.
Hacía un poco de viento así que cuando salimos se me puso la piel de gallina y creo que empecé a tiritar un poco. Me senté en la arena y Harry me abrazó para que no pasase frío.
Gracias al sol que hacía y a Harry ponto dejé de pasar frío y al fin nos secamos. Mi móvil y mis llaves estaban a unos pocos metros de donde nos habíamos sentado. Gateé hasta allí y los cogí.
-Será mejor que volvamos, no quiero que tu madre piense que soy un impuntual.
-Mi madre no podría pensar eso porque da la casualidad de que es la persona más impuntual que conozco.
-Igualmente, tengo hambre, ¿Tú no?
-Un poco, la verdad.
Nos pusimos en marcha de nuevo de vuelta hacia el coche, me cogió la mano y no me soltó, incluso conduciendo, los dedos de su mano derecha estaban entrelazados con los de mi izquierda.
Llegamos a mi casa puntuales. Mi madre abrió la puerta. Todavía seguíamos cogidos de la mano y sonrío al verlo.
-¿Por qué tenéis el pelo mojado?
-Harry nos ha tirado al agua, a los dos.
Mi madre rió. Parecía encantada con nuestra relación, aunque no hacía ningún comentario al respecto, se la veía feliz.
La ayudamos a poner la mesa y cuando la comida estuvo hecha fuimos a avisar a mis hermanos, Evelyn estaba muy contenta de ver a Harry de nuevo. Mi padre no comía en casa a medio día, comía en el trabajo.
Harry parecía llevarse bien con toda mi familia y mi familia parecía empezar a cogerle cariño. Entonces pensé en que ellos no sabían quien era Harry, eso era un problema que tendría que solucionar en algún momento, pero no le dí más importancia en ese momento.
Cuando terminamos de comer nos ofrecimos para fregar nosotros los platos y recoger la cocina y mi madre no se negó.
-¿Te gustaría venir a mi casa? No sé, podemos hacer lo que quieras, tenemos toda la tarde - me dijo.
-¡Me encantaría! ¿Vives solo?
-Sí, mi familia está en Inglaterra.
-Debes echarlos mucho de menos. Encima con tu trabajo...
-Sí, pero bueno, hay otras cosas que lo compensan, tú por ejemplo – dijo dándome un beso.
-Tengo que ducharme antes de irme, si no te importa, estoy salada.
-Pensaba que podríamos darnos un baño en mi jacuzzi.
-Ah bueno, entonces me espero, pero me voy a cambiar al menos de ropa y a ponerme un biquini.
Acabamos de recoger la cocina y subí a mi habitación a cambiarme. Avisé a mi madre de que me iba y bajé de nuevo.
Harry vivía a las afueras del pueblo, en la zona 'rica'. Aparcó el coche frente a un chalet enorme. Parecía un sitio tranquilo donde vivir. Bajamos del coche y abrió la puerta del jardín.
Me enseñó su casa por encima y luego pasamos al jacuzzi que estaba en una especie de ático. Dejé mi ropa encima de una silla y Harry se ausentó un momento porque fue a ponerse el bañador.
Me metí en el agua que estaba templada entonces llegó Harry por detrás dándome un suave beso en el cuello. Se metió en el jacuzzi y activó las burbujas. Se acercó a mí suavemente cogiéndome de la mano. Delicadamente apartó un mechón de pelo que me caía sobre la frente.
-Eres preciosa – me dijo.
Me sonrojé. Mi corazón latía violentamente contra mi pecho. Entonces nos fundimos en un beso apasionado, que se alargó durante unos cuantos minutos, subiendo la temperatura de nuestros cuerpos.
Pasé una de mis piernas por encima suya, entonces Harry, sensualmente, paso su mano por mi muslo, y acabó sentándome encima suya.
Pasé mis manos lentamente por su torso hasta llegar a su espalda. Nos mirábamos a los ojos, la adrenalina corría por mis venas, entonces, me mordió el labio, poniendo en tensión todo mi sistema nervioso.
De pronto, la puerta se abrió, dejándose ver un sexy irlandés, rubio de bote, con un cachorrito en brazos lamiendole la barbilla, Harry y yo dimos un respingo y nos separamos un poco avergonzados por la situación.



Este capítulo ha sido escrito con la colaboración de @Esther_AnyDanny, dadle las gracias por la parte morbosa. Gracias por tu ayuda en mis momentos menos inspirada.

viernes, 6 de julio de 2012

Capítulo 9

Austin se marchó enseguida después de la llamada y yo volví a la cocina a seguir con mi búsqueda de algo para comer.
Al final me hice un sándwich. Me lo comí lentamente sentada yo sola en la mesa de la cocina mirando todo el tiempo a un punto fijo.
Cuando terminé de comer volví arriba. Cambié las sábanas de mi cama y eché las sucias a lavar. Luego me di una ducha y me cambié de pijama.
No tenía nada de sueño, ya que me había pasado el día durmiendo a ratos, pero necesitaba tener la mente ocupada para no pensar.
Me disponía a encender el ordenador cuando sonó mi móvil. Abby me estaba llamando. Dudé si cogerlo o no. Me decidí a contestar.
-¿Diga? - dije secamente.
-¡Lily! Que alegría oírte, soy Abby.
-¿Ah, que ya te has acordado de mi existencia?
-Sabía que estarías enfadada, pero he estado muy, muy ocupada, de verdad...
-Pues por mí puedes seguir ocupada.
-Déjame explicarme. He estado de vacaciones fuera, y no llevábamos ningún teléfono a mano, y tampoco parábamos prácticamente en todo el día, ya sé que no es excusa, pero s te sirve de algo lo siento.
-¿Y puede saberse con quién te has ido de vacaciones?
-Ah, ya sabes, con nuestro grupo de siempre, Bridget, Wendy...
-Gracias por avisar. No tengo nada más que hablar contigo.
-Lily, no me cuelgues por favor, te iba a avisar pero supuse que no podrías venir
-Como te acabo de decir, no tengo más que hablar contigo. Adiós Abby, que te vaya bien.
La llamada de Abby fue otro golpe duro, pero estaba decidida a no dejar que me aceptara, ella y las demás ya habían demostrado que no eran mis amigas. Ya no me quedaba nada en mi antiguo lugar de residencia, solo recuerdos, y podía vivir perfectamente con ello.
Ahora mi vida estaba allí y mi amiga era Scarlett, no Abby. Ésa era mi casa. Y no necesitaba nada ni nadie de mi antigua vida.
En medio de mis reflexiones oí abrirse la puerta principal en el piso de abajo. Acababan de volver mis padres y mis hermanos.
Me metí en la cama y me hice la dormida cuando mi madre entró. Luego, caí en un sueño profundo y tuve una pesadilla que no logré recordar al día siguiente.
Por la mañana me levanté temprano, no podía seguir en la cama sabiendo lo que me esperaba, además, Harry había dicho ''por la mañana'', no sabía a que hora sería eso para él.
Bajé a desayunar y cuando subí de nuevo a mi habitación y me vestí y me lavé los dientes.
Cuando estaba decidiendo si llevarme bolso o no sonó el timbre.
-¡Voy! -dijo mi madre desde la planta baja.
Cogí el móvil y las llaves y me los metí rápidamente en bolsillo.
-¡Lily, es para ti! - me medio chilló mi madre.
Bajé a toda prisa las escaleras y allí estaba él, más guapo incluso que de costumbre, o al menos a mí me lo parecía.
-Hola -dije tímidamente.
-Hola -respondió él con una sonrisa.
-¿Vais a dar una vuelta?
-Sí, mamá – respondí.
-Vale, que lo paséis bien, oye Harry... ¿Por qué no te quedas luego a comer?
-Oh, no importa, muchas gracias...
-No seas tímido, quédate -le respondió.
-Bueno, si a Lily le parece bien.
-¿Por qué no iba a parecermelo? Quédate.
-Bueno, pues luego nos vemos chicos – concluyó mi madre.
Nos despedimos de mi madre y salimos.
-¿Dónde vamos?
-Ya lo verás, es una sorpresa. Creo que te gustará. Lo que iremos en coche porque está un poco lejos para ir andando.
-Anda, si conduces y todo.
-Sí, desde hace un año más o menos.
-Genial.
Me abrió la puerta de un Mercedes negro que estaba aparcado justo en frente de mi casa y subí. Luego dio la vuelta y se sentó en el asiento del conductor.
Condujo hasta las afueras del pueblo y luego se metió por el sendero de un bosque y aparcó.
-¿Es aquí? - pregunté.
-Solo es una parada en el camino.
-Ah, vale...
Caminamos entre los árboles unos diez minutos hasta que Harry se paró de pronto.
-Voy a taparte los ojos – me dijo.
-¿Es necesario?
-Sí, confía en mí.
-Vale.
Se puso detrás mía y me tapó los ojos. Caminamos otros cinco minutos más. Entonces empecé a oír el mar.
-Vale, ya puedes mirar.
Me destapó los ojos y me quede cegada unos segundos a causa del sol. Cuando logré volver a ver bien me quedé maravillada.
Estábamos en una pequeña playa, el agua del mar era cristalina, incluso desde donde nos encontrábamos se podían ver algunos peces, y la arena blanca parecía muy fina y suave. Era simplemente preciosa.
-¿Te gusta?
-No.
-¿No?
-No me gusta, me encanta, es el sito más bonito que he visto desde que he llegado aquí.
-¿De verdad?
-De verdad.
Nos sentamos en la arena cerca de la orilla.
-Tu dirás – me dijo.
-Primero de todo, siento haberme puesto como me puse.
-No pasa nada, es normal que te enfadaras, no es algo fácil de asimilar que digamos.
-Bueno, sigo. Una vez superado el shock inicial, no sé qué pensar. ¿Qué hay entre nosotros, Harry?
-Yo diría que somos algo más que amigos. No nos conocemos mucho, pero ahí está lo bonito, lo que hace esto especial, poder conocernos poco a poco. Y para mí no tiene precio que te gustara antes de saber que soy Harry Styles, la estrella, sé que lo que sientes es real.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?
-Lo que quieras, por ti haría cualquier cosa. Entenderé si no quieres estar conmigo por el peso que eso conlleva, pero me encantaría que te quedaras conmigo. La cuestión es, ¿Qué decides?
-Decido... Juntos, para...
-...siempre – se me adelantó.