viernes, 6 de julio de 2012

Capítulo 9

Austin se marchó enseguida después de la llamada y yo volví a la cocina a seguir con mi búsqueda de algo para comer.
Al final me hice un sándwich. Me lo comí lentamente sentada yo sola en la mesa de la cocina mirando todo el tiempo a un punto fijo.
Cuando terminé de comer volví arriba. Cambié las sábanas de mi cama y eché las sucias a lavar. Luego me di una ducha y me cambié de pijama.
No tenía nada de sueño, ya que me había pasado el día durmiendo a ratos, pero necesitaba tener la mente ocupada para no pensar.
Me disponía a encender el ordenador cuando sonó mi móvil. Abby me estaba llamando. Dudé si cogerlo o no. Me decidí a contestar.
-¿Diga? - dije secamente.
-¡Lily! Que alegría oírte, soy Abby.
-¿Ah, que ya te has acordado de mi existencia?
-Sabía que estarías enfadada, pero he estado muy, muy ocupada, de verdad...
-Pues por mí puedes seguir ocupada.
-Déjame explicarme. He estado de vacaciones fuera, y no llevábamos ningún teléfono a mano, y tampoco parábamos prácticamente en todo el día, ya sé que no es excusa, pero s te sirve de algo lo siento.
-¿Y puede saberse con quién te has ido de vacaciones?
-Ah, ya sabes, con nuestro grupo de siempre, Bridget, Wendy...
-Gracias por avisar. No tengo nada más que hablar contigo.
-Lily, no me cuelgues por favor, te iba a avisar pero supuse que no podrías venir
-Como te acabo de decir, no tengo más que hablar contigo. Adiós Abby, que te vaya bien.
La llamada de Abby fue otro golpe duro, pero estaba decidida a no dejar que me aceptara, ella y las demás ya habían demostrado que no eran mis amigas. Ya no me quedaba nada en mi antiguo lugar de residencia, solo recuerdos, y podía vivir perfectamente con ello.
Ahora mi vida estaba allí y mi amiga era Scarlett, no Abby. Ésa era mi casa. Y no necesitaba nada ni nadie de mi antigua vida.
En medio de mis reflexiones oí abrirse la puerta principal en el piso de abajo. Acababan de volver mis padres y mis hermanos.
Me metí en la cama y me hice la dormida cuando mi madre entró. Luego, caí en un sueño profundo y tuve una pesadilla que no logré recordar al día siguiente.
Por la mañana me levanté temprano, no podía seguir en la cama sabiendo lo que me esperaba, además, Harry había dicho ''por la mañana'', no sabía a que hora sería eso para él.
Bajé a desayunar y cuando subí de nuevo a mi habitación y me vestí y me lavé los dientes.
Cuando estaba decidiendo si llevarme bolso o no sonó el timbre.
-¡Voy! -dijo mi madre desde la planta baja.
Cogí el móvil y las llaves y me los metí rápidamente en bolsillo.
-¡Lily, es para ti! - me medio chilló mi madre.
Bajé a toda prisa las escaleras y allí estaba él, más guapo incluso que de costumbre, o al menos a mí me lo parecía.
-Hola -dije tímidamente.
-Hola -respondió él con una sonrisa.
-¿Vais a dar una vuelta?
-Sí, mamá – respondí.
-Vale, que lo paséis bien, oye Harry... ¿Por qué no te quedas luego a comer?
-Oh, no importa, muchas gracias...
-No seas tímido, quédate -le respondió.
-Bueno, si a Lily le parece bien.
-¿Por qué no iba a parecermelo? Quédate.
-Bueno, pues luego nos vemos chicos – concluyó mi madre.
Nos despedimos de mi madre y salimos.
-¿Dónde vamos?
-Ya lo verás, es una sorpresa. Creo que te gustará. Lo que iremos en coche porque está un poco lejos para ir andando.
-Anda, si conduces y todo.
-Sí, desde hace un año más o menos.
-Genial.
Me abrió la puerta de un Mercedes negro que estaba aparcado justo en frente de mi casa y subí. Luego dio la vuelta y se sentó en el asiento del conductor.
Condujo hasta las afueras del pueblo y luego se metió por el sendero de un bosque y aparcó.
-¿Es aquí? - pregunté.
-Solo es una parada en el camino.
-Ah, vale...
Caminamos entre los árboles unos diez minutos hasta que Harry se paró de pronto.
-Voy a taparte los ojos – me dijo.
-¿Es necesario?
-Sí, confía en mí.
-Vale.
Se puso detrás mía y me tapó los ojos. Caminamos otros cinco minutos más. Entonces empecé a oír el mar.
-Vale, ya puedes mirar.
Me destapó los ojos y me quede cegada unos segundos a causa del sol. Cuando logré volver a ver bien me quedé maravillada.
Estábamos en una pequeña playa, el agua del mar era cristalina, incluso desde donde nos encontrábamos se podían ver algunos peces, y la arena blanca parecía muy fina y suave. Era simplemente preciosa.
-¿Te gusta?
-No.
-¿No?
-No me gusta, me encanta, es el sito más bonito que he visto desde que he llegado aquí.
-¿De verdad?
-De verdad.
Nos sentamos en la arena cerca de la orilla.
-Tu dirás – me dijo.
-Primero de todo, siento haberme puesto como me puse.
-No pasa nada, es normal que te enfadaras, no es algo fácil de asimilar que digamos.
-Bueno, sigo. Una vez superado el shock inicial, no sé qué pensar. ¿Qué hay entre nosotros, Harry?
-Yo diría que somos algo más que amigos. No nos conocemos mucho, pero ahí está lo bonito, lo que hace esto especial, poder conocernos poco a poco. Y para mí no tiene precio que te gustara antes de saber que soy Harry Styles, la estrella, sé que lo que sientes es real.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?
-Lo que quieras, por ti haría cualquier cosa. Entenderé si no quieres estar conmigo por el peso que eso conlleva, pero me encantaría que te quedaras conmigo. La cuestión es, ¿Qué decides?
-Decido... Juntos, para...
-...siempre – se me adelantó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario