jueves, 29 de noviembre de 2012

Capítulo 11


Estoy en una sala casi vacía. Miro por la ventana, veo un bonito paisaje otoñal, hojas rojizas caen de los árboles. El cielo es azul clarito, salpicado de alguna que otra nube blanca, han pasado meses desde que le vi por última vez...

Todo pasó demasiado deprisa, el chico rubio del jacuzzi resultó ser Niall, otro miembro de la banda. Niall me cayó genial, había venido de visita porque echaba de menos a Harry, pasamos un buen rato juntos los tres, hasta que sonó el teléfono, aquella maldita llamada..

Me lo arrebataron, los mánagers obligaron a Harry a volver a Londres, les corría prisa que terminaran el nuevo álbum, se acabaron sus vacaciones, ya habían enviado un avión.

Apenas tuvimos tiempo de despedirnos, les acompañé al aeropuerto, sin saber cuando volveríamos a vernos.

Después de acabar el nuevo CD tendrían que hacer promoción, sesiones de fotos, entrevistas, una gira... ¿De dónde íbamos a sacar el tiempo?

Me costó sobreponerme a su marcha, es increíble como una persona a la que conoces hace tan poco tiempo puede llegarte tan dentro. Solo tengo una cosa a la que aferrarme para poder seguir adelante, una promesa, ''volveré a por ti''.

Desde que se marchó hablamos mucho por teléfono, siempre que él tiene tiempo, pienso que el lado bueno es que nos estamos conociendo más, aunque preferiría conocerle menos y que siguiera aquí.

Han acabado su nuevo CD, dentro de pocos días sale aquí a la venta, se llama Take Me Home, ellos mismos han compuesto algunas de las canciones, me muero por escucharlo, su voz es de las cosas que puedo tener de él aunque esté lejos.

Obviamente tengo miedo, tengo miedo de que ya no sienta lo mismo, miedo de que se olvide de mí, miedo de que conozca a otra... Pero no puedo hacer nada, no puedo tener más de lo que tenemos, esto es así, lo sabía y me arriesgué, ahora tengo que aguantar las consecuencias.

Estoy sentada en un suelo frío, con la espalda pegada a una pared, en el instituto, no tenía ganas de ir a la clase de filosofía, encontré esta aula abierta y vacía y decidí pasar aquí la hora.

Algo vibra a mi lado haciendo que me sobresalte, mi móvil, miro la pantalla, es Harry. Un momento... Sabe que debería estar en clase, que teóricamente no lo podría coger, debe de ser algo importante, si no no me llamaría a estas horas.



-¿Harry? - mi voz denota preocupación.

-Hola, ¿puedes hablar? Ya sé que tienes clase, pero tengo que contarte algo.

-Sí, puedo hablar, digamos que me he tomado un descanso de filosofía hoy.

-Lily, no deberías saltarte clases...

-Eso da igual ahora, ¿qué me tienes que contar?

-Que vamos a vernos, dentro de dos semanas, tenemos que pasar por allí a promocionar el CD...

-¡¿Enserio?! - le interrumpo antes de que acabe de decirme lo que me tiene que decir.

-Sí, enserio, pero dejame acabar. Solo vamos a estar un día Lily, no nos quedamos a dormir, vamos por la mañana y por la noche cogemos un avión a Italia. Piensa que tenemos que hacer entrevistas, ruedas de prensa, y vamos a salir en un programa de televisión. No nos queda casi margen de tiempo.

-¿Entonces?

-Tengo una idea. He pensado en que pases el día con nosotros, como si fueses un miembro del equipo, vendrías con nosotros a donde vayamos, y podremos aprovechar los descansos. Lo malo es que ese día tienes clase, tendrías que saltártelas.

-¿Ah, osea que me puedo saltar clases o no? Te contradices mucho Harry – bromeo.

-Tonta que eres.

-Pero me quieres.

-Pero te quiero... Enserio, sé que no es mucho y que llevamos mucho sin vernos, pero es lo único que puedo hacer de momento. Si no puedes faltar a clase ese día o algo lo entiendo, no quiero que te sientas presionada, ya buscaríamos otro momento, pero...

-Harry, – le interrumpo de nuevo – eres tonto. Por ti hago lo que haga falta y lo sabes, y no tienes que disculparte, sabes que lo entiendo.

-Ya pero me sabe mal... A ver si te van a suspender o algo por mi culpa...

-No me van a suspender porque falte un día, y aunque lo hicieran no me importaría con tal de verte.

-¿Te he dicho ya que eres increíble?

-Nah, solo unas doscientas veces – en ese momento suena el timbre, él también lo oye.

-Tienes que irte a clase.

-Sí...

-Bueno, si quieres esta noche te llamo y hablamos, ¿te parece?

-Me parece bien.

-Hasta esta noche.

-Hasta esta noche.



Volví a hacer las últimas clases como una buena chica, aunque me hallaba más que distraída. Fue un alivio cuando sonó el timbre que me otorgaba la libertad.

Llegue rápido a casa y me encerré en mi habitación. Necesitaba mantener la mente ocupada, así que encendí el ordenador. Por twitter descubrí que una de mis seguidoras escribía novelas. Pasé todo el día delante del ordenador, sumergida en esas preciosas historias, no podía parar de leer. Solo salí a cenar ya ducharme. Mi esperada llamada no llegó hasta tarde, eran las once y media.



-Siento llamarte tan tarde, pero es que hemos estado todo el día para arriba y para abajo, ya sabes – se excusó.

-No te disculpes Harry, sabes que lo entiendo. ¿Lo has pasado bien al menos?

-Con los chicos siempre te lo pasas bien, están locos, pero acabamos rendidos con tanta entrevista y eso.

-Ya, supongo que debe hacerse pesado. ¿Cuándo te dan algún día libre?

-Mañana, mañana tengo un día de descanso.

-Entonces ahora saldrás, ¿no? - suele salir por ahí de fiesta con sus amigos cuando no tiene que madrugar al día siguiente.

-Sí, quizás salga un rato – probablemente le esté entreteniendo, sus amigos le estarán esperando.

-Pues entonces ve y diviértete, me tendría que ir pronto a dormir igualmente, ya hablamos mañana.

-Que no importa, en serio – la misma discusión de siempre, sabe que voy a ganar.

-Harry...

-Bueno, vale, pero mañana hablamos sin falta. Te llamaré por la tarde.

-Perfecto, pásalo genial.

-Lo intentaré, pero no será perfecto del todo sin ti. Buenas noches preciosa, que descanses.

-Lo intentaré, pero no será perfecto del todo sin ti – se ríe. - Hasta mañana.



No sé por qué yo, con la cantidad de chicas increíbles, más guapas, más inteligentes y más interesantes que yo que debe conocer, no entiendo por qué me eligió a mí.

Tengo dudas, no puedo evitarlo. Quiero creer que me quiere, pero no quiero imaginarme qué hará por ahí con sus amigos, al fin y al cabo es un tío, llevamos mucho sin vernos, y tampoco es que yo le diera gran cosa...

Me lo imagino besando a otra cualquiera, enamorándose de ella, olvidándose de mí...

Aparto esa imagen de mi mente, no me puedo permitir pensar así o acabaría volviéndome loca, mi corazón no lo soporta...

Pero pronto nos vamos a ver, eso es lo que importa ahora, y supongo que tendremos que aclarar lo que sentimos el uno por el otro y decidir qué hacer con lo nuestro porque, por lo menos yo, no puedo seguir así.



Al día siguiente cuando hablamos elaboramos un plan sobre cómo lo haremos para vernos. Coincidimos en que mis padres no pueden enterarse, ni si quiera saben quién es realmente Harry todavía, ni tengo intención de contárselo por ahora. No le gusta que les mienta por él, pero es lo que hay. Acordamos que el día que viene por la mañana fingiré que estoy enferma para que mis padres me dejen quedarme en casa. Cuando todos se vayan de casa y me quede sola tendré que coger un autobús, en una hora estaré en la ciudad. Luego tengo que ir a una dirección que me ha dado y esperar a que él venga a buscarme. Por último a las nueve pasa el último bus de vuelta a casa.

Los días parecen pasar aposta como a cámara lenta, pero a cada segundo está más cerca. Pongo de los nervios a Scarlett. ¿Os acordáis de Scarlett? Se ha convertido en mi mejor amiga, casi como una hermana, y además en mi coartada, diré que me quedo a dormir a su casa, dejaré una nota diciendo que ya me encontraba bien y que estoy con ella, cuando vuelvan del trabajo mis padres la verán y no sospecharan nada. Además, así le puedo contar lo que ha pasado en cuanto vuelva.

La noche anterior no puedo dormir. Encima de mi escritorio se encuentra, bien doblada, la ropa que me pondré al día siguiente, no es gran cosa, un jersey de una preciosa tonalidad de rosa, unos vaqueros azul claro y unas botas negras, pero Harry me dijo que me vistiera discreta por motivos de seguridad o no sé qué. Del pomo de mi puerta cuelga un bolso negro no muy grande, contiene mi monedero con dinero, el móvil y las llaves, no necesito nada más.